Mariluz Gallegos Zumaeta: Diseño con alma andina
- Marisa Melo
- há 2 dias
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Atualizado: há 5 horas

Mariluz Gallegos Zumaeta es diseñadora de interiores, y sus caminos se entrelazan, con naturalidad y precisión, entre la fuerza de la tradición y el aliento de la modernidad. Nacida en Perú, creció entre el cielo y el papel. Acompañaba a su padre, aviador civil de espíritu visionario, en vuelos que le enseñaron la vastedad silenciosa de la libertad, y pasaba las tardes junto a su madre, mujer de trazo delicado, que le revelaba el valor de los detalles. Era ella quien diseñaba sus vestidos, con una mirada afinada hacia el estilo, el gesto y la elegancia. Con ella, Mariluz cultivó un gusto genuino por la moda, por esa forma en que el cuerpo puede vestir ideas y emociones. Él, dibujante intuitivo, soñaba casas y muebles con la misma ligereza con la que pilotaba; ella, heredera de un espíritu europeo, integraba el arte, la ciencia, la religión y la filosofía como parte natural de la vida cotidiana. Fue en ese intercambio constante, entre líneas e ideas, donde Mariluz aprendió a escuchar el mundo con ojos atentos, y a comprender, desde muy joven, que ver también es una forma de sentir.
Desde la cabina de un avión hasta las mesas de dibujo, comprendió que la libertad y la belleza nacen del mismo impulso, y que el mundo puede rehacerse, siempre que se lo mire con sinceridad.
Aunque su padre no era arquitecto, diseñaba casas con una pasión inconfundible y proyectaba muebles con un sentido de proporción casi instintivo. Ese gusto por el dibujo venía de generaciones anteriores: sus abuelos, en los años 60, elaboraban proyectos de cocinas hospitalarias. Entre pranchetas y conversaciones sobre formas, Mariluz observaba ese universo tomar cuerpo, y presintió allí una vocación. Aún conserva el deseo de convertir ese legado paterno en una exposición, pues hay historias que insisten en transformarse en imagen.
Su madre, en cambio, ofrecía otro tipo de suelo: más abstracto, más sensible. Fue con ella que aprendió a nombrar la belleza, a esculpir el tiempo con las manos. Desde pequeña moldeaba barro, dibujaba, impulsada por un deseo creativo que hallaba en la mirada atenta y generosa de su madre. Así comenzó a inventar el mundo.

Formada en la escuela Toulouse Lautrec de Lima, Mariluz se sumergió en el mundo del diseño de interiores con el alma de quien sabe que el espacio también es narrativo. A los 21 años ya diseñaba muebles de autor, piezas que fusionaban el clasicismo angloamericano con la poderosa herencia preincaica e incaica de su país. Fueron más de 800 dibujos, llenos de rigor y sensibilidad. Solo siete de esas piezas fueron producidas, pero bastaron para dejar su huella en la Feria Internacional de Muebles de High Point, en Estados Unidos, un logro que llevó la sofisticación peruana a uno de los escenarios más prestigiosos del diseño global.
Con la precisión de quien conoce el valor del tiempo y de la forma, Mariluz promueve con excelencia el espíritu del Made in Italy a través de su alianza con Spazio e Stile, una casa que representa en Perú tanto la tradición como la vanguardia de las grandes firmas italianas. Hoy, dirige con elegancia este puente entre culturas, donde el arte italiano encuentra terreno fértil para florecer en tierras latinoamericanas. Colabora con más de diez empresas de prestigio internacional, entre ellas Cattelan, presente en más de 160 países y considerada una de las diez más importantes del mundo, y Arredo3, referencia en cocinas de alta tecnología y sofisticación.
Mariluz interpreta el lujo como una forma de vivir con memoria, refinamiento y autenticidad. En cada espacio que imagina, trata el diseño con la reverencia de quien contempla una obra de arte. Cada composición encierra una intención, un pensamiento, una narrativa silenciosa contenida en el gesto.

De manera paralela, ella también es investigadora, estudiosa de las tradiciones arquitectónicas. En su blog "Cronología de la Arquitectura" (https://mariluzgallegoszumaeta.blogspot.com/), aborda estilos como el Neoclásico, el uso del bambú, los gestos sostenibles y la poética de las formas a lo largo del tiempo. Es como si cada línea de texto fuera una extensión de su mirada.
Bambú en la arquitectura y construcción
Participante del proyecto "Historia de Todas Nosotras Mujeres", ella comparte su trayectoria con la delicadeza de quien sabe que contar su propia historia también es un acto de generosidad. Habla sobre la infancia vivida entre el cielo y el barro, sobre las influencias de sus padres, sobre los maestros que moldearon su pensamiento y sobre el placer de ver su propio trabajo ganar el mundo. Ella cree que el verdadero lujo está en la experiencia de vivir con sentido, con tiempo, con estilo.

Mariluz Gallegos Zumaeta es, por lo tanto, más que una diseñadora. Es una narradora visual, una traductora de atmósferas, una embajadora silenciosa de la elegancia latinoamericana en diálogo con el legado europeo. Su trabajo no está solo en los muebles, sino en los gestos. Y tal vez por eso, cada espacio que firma suena como una partitura íntima: con ritmo, con memoria, con alma.